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El deporte exaltacrucense recordó a uno de sus grandes formadores

A un año del fallecimiento de Alfredo “Coco” Mirandeborde, la comunidad de Exaltación de la Cruz lo recordó con un emotivo homenaje para celebrar su legado como formador, referente del deporte local y sembrador de valores.

Alfredo “Coco” Mirandeborde dejó una huella imborrable en Exaltación de la Cruz. Su legado va mucho más allá del fútbol: sembró valores, construyó comunidad y formó generaciones con una pelota como excusa y la educación como objetivo. Por ello, el pasado viernes, al cumplirse un año de su fallecimiento, familiares, amigos, autoridades y alumnos se reunieron para homenajearlo con un profundo respeto y una emoción que sigue tan viva como su recuerdo.

El acto se llevó a cabo en el campo de juego Arnaldo «Nene» Sosa, donde se colocaron tres placas en su honor. Una fue instalada por el Municipio; otra por su querida familia de “Pelota de Trapo”, la escuela que fundó y que sigue viva gracias al esfuerzo de sus seres queridos; y la tercera, por el Club Social y Deportivo Capilla. Además, el Club Honor y Patria entregó una ofrenda floral como muestra de respeto y admiración.

En el centro del campo, rodeados de alumnos, familias, amigos y colegas, se compartieron palabras cargadas de emoción y un mensaje al cielo al grito de “Pelota de Trapo”.

La secretaria de Gobierno municipal, María Luz Bozzani, acompañó el homenaje junto a autoridades municipales y referentes del deporte local. Fue un momento íntimo, en el que se destacó la huella imborrable que dejó Coco en cada chico y chica que pasó por su escuela.

Majo Mirandeborde, presente en el homenaje a su padre, expresó: “quiero agradecer a toda la gente que estuvo presente en el homenaje por el año del fallecimiento de mi papá. La verdad que se lo recordó con una sonrisa, como debe ser. Gracias a todas las familias, a los que estuvieron presentes, a los que no pudieron estar, pero que de alguna u otra manera están. Tenemos mucho por hacer porque mi papá nos dejó grande el legado”.

Por su parte, Ramiro Arrieta, presidente del Club Social y Deportivo Capilla, se sumó a los mensajes: “ya lo conocemos todos, fue una gran persona, un gran formador del distrito, tanto en lo deportivo como en lo personal. De parte del club, hicimos un pequeño homenaje desplegando una placa con unas palabras de honor y respeto hacia él”.

“Coco”, como todos lo conocían, fue un caballero del deporte. Al frente de la Escuela Municipal “Pelota de Trapo”, sembró mucho más que goles y tácticas: enseñó respeto, compañerismo, pasión por el fútbol y por la vida. Su trabajo fue también con las emociones, los vínculos, los valores. Con su mirada atenta y su palabra justa, acompañó el crecimiento de generaciones de niños que hoy, en muchos casos, son también formadores.

La jornada no fue solo un acto de homenaje, sino una reafirmación del profundo lugar que “Coco” ocupa en la identidad exaltacrucense. Porque su legado no se apaga, al contrario: sigue vivo en cada pase, en cada grito de gol y en cada niño que aprende, juega y crece en su escuela. Una escuela que no lleva solo su nombre, sino también su espíritu.

Desde el Municipio, familiares y comunidad, se ratificó el compromiso de seguir impulsando el deporte como herramienta de inclusión, educación y contención social, valores que “Coco” defendió hasta el último día.

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