Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Milo y Jano, los gemelos de Capilla que vencieron una enfermedad mortal gracias al Garrahan

Mientras crece la incertidumbre por el financiamiento del Hospital Garrahan, una familia del distrito compartió la historia de sus dos hijos que lograron sobrevivir a una enfermedad sin cura gracias a un trasplante de médula ósea realizado en plena pandemia.

En medio del conflicto entre el Gobierno Nacional y el Hospital Garrahan por el sostenimiento económico de la institución, un video protagonizado por Milo y Jano, dos pequeños pacientes recuperados, se convirtió en una poderosa muestra del impacto humano y profesional del trabajo que realiza a diario uno de los centros pediátricos más importantes del país.

La historia fue compartida por sus padres, Belén y Nicolás, vecinos de Capilla del Señor, y rápidamente recorrió las redes sociales generando empatía, apoyo y emoción en miles de personas.

“Llegamos derivados desde Capilla del Señor, por un médico de familia, con nuestro primer gemelo y con un mal laboratorio. En 24 horas, llamaron a nuestro segundo gemelo y en menos de una semana, teníamos el peor diagnóstico: tenían Wiskott-Aldrich, una enfermedad inmunodeficiente, más asesina que el cáncer, porque no existe ningún tipo de medicación”, contaron conmovidos.

Aquel diagnóstico cambió radicalmente el destino de la familia, que por meses vivió aferrada a transfusiones diarias como única forma de sostener la vida de sus hijos. La salvación llegó desde el propio equipo del Garrahan, donde un residente del servicio de Inmunología, junto a su jefa Mariana, les hablaron de una posible salida: el trasplante de médula ósea.

En plena pandemia, el hospital no solo logró concretar el procedimiento, sino que también encontró a un único donante compatible para ambos hermanos, algo inédito en el país. Milo y Jano se convirtieron así en los únicos gemelos trasplantados de un mismo donante en Argentina.

“El Garrahan logró acercarnos a un donante, logró hacer su trasplante en pandemia, también logró que sean los únicos gemelos en el país de un mismo donante y nos devolvió dos hijos sanos”, afirmaron. Hoy, los niños están escolarizados, hacen deporte y viven sin necesidad de medicación. “Eso nos dio el Garrahan, tomó dos hijos sin expectativas de vida y nos devolvió dos hijos sanos”, resumieron, con gratitud y emoción.

Para Belén y Nicolás, el Garrahan no solo fue un hospital. Fue familia, contención y esperanza. “Cuando vos llegas al Garrahan, todas las mamás que estamos ahí tenemos hijos convalecientes y nos hacemos familia junto a los médicos. Todos estamos pensando en todos. Entonces, el Garrahan también es familia. Ligado a lo que los chicos viven, piensan y lo que los papás vivimos, es magia”, expresaron.

La historia de Milo y Jano emerge en un contexto tenso y preocupante en el que, desde hace semanas, las autoridades del Garrahan y sus trabajadores han realizado un paro por la falta de claridad en la continuidad del financiamiento por parte del Gobierno Nacional. El hospital funciona a través de un esquema de cofinanciamiento entre la Nación y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero recientes señales de ajuste encendieron las alarmas sobre su futuro.

El Garrahan atiende gratuitamente a miles de niños y niñas de todo el país, sin importar su procedencia ni situación económica. Por eso, en redes sociales se repite un mensaje que sintetiza el sentimiento de miles de familias: “Con el Garrahan, no”. Porque detrás de cada cama y cada tratamiento, hay historias como la de Milo y Jano, que demuestran que la salud pública no es un gasto, sino una oportunidad de vida.

Tema Mission News de Compete Themes.