El paro convocado por la UTA alcanzó al distrito, donde las líneas que operan Ruta Bus y Atlántida confirmaron, en las últimas horas, que no prestarán servicio durante toda la jornada. La medida, de 24 horas, responde a un conflicto salarial.
Este martes comenzó un nuevo paro nacional de colectivos convocado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que afecta a más de 300 líneas en todo el país. En Exaltación de la Cruz, aunque inicialmente no se preveía la adhesión de las empresas que prestan servicio en la zona, finalmente tanto Ruta Bus como Atlántida confirmaron su participación en la medida de fuerza, dejando sin transporte público a miles de vecinos durante toda la jornada.
La adhesión de los choferes, afiliados al gremio, se dio en el marco de un conflicto salarial que se intensificó tras el fracaso de las últimas negociaciones. La última reunión entre los representantes sindicales, las cámaras empresarias y funcionarios del Gobierno nacional, realizada de manera virtual el lunes por la tarde, concluyó sin acuerdo, y con el vencimiento de la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, la UTA quedó habilitada para llevar adelante el paro.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde diariamente se movilizan más de 9 millones de pasajeros, el impacto es significativo. Mientras numerosas líneas están completamente paralizadas, algunas continúan operando parcialmente, ya sea por decisión empresarial o porque sus trabajadores no están bajo la órbita directa del sindicato.
Tal es el caso del grupo DOTA, que resolvió no adherir al paro y mantiene algunos servicios activos. La tensión derivada de esta diferencia de posturas no tardó en escalar: al menos cinco unidades de la línea 57 fueron atacadas a piedrazos en la zona de General Rodríguez, a la altura del Acceso Oeste, en un episodio que visibiliza el nivel de conflicto dentro del sector.
El reclamo gremial se centra en la exigencia de un aumento salarial del 40 por ciento, en consonancia con la inflación que golpea el poder adquisitivo de los trabajadores. Las cámaras empresarias, por su parte, aseguran que la situación económica del sector les impide ofrecer más de un 6% de aumento. La última propuesta incluía un salario básico de $1.270.000 desde junio, sumado a montos no remunerativos escalonados de $40.000, $50.000 y $70.000. La UTA consideró esta oferta “una falta de respeto” y la rechazó categóricamente.
Desde el Gobierno, el secretario de Transporte, Luis Pierrini, calificó al paro como “una medida extorsiva” y afirmó que el pedido salarial “excede las pautas oficiales”. En tanto, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, se apartó de la negociación luego del vencimiento de la conciliación, trasladando la continuidad de las gestiones a la cartera de Transporte.
A este escenario se suma el reclamo de las empresas, que denuncian el congelamiento tarifario como un factor que pone en riesgo la sustentabilidad del servicio. Según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), más del 50% de las líneas del AMBA no ha actualizado sus tarifas en los últimos ocho meses, profundizando la crisis del sistema.
Mientras tanto, los usuarios de Exaltación de la Cruz, como tantos en otras regiones del país, enfrentan una jornada complicada, sin transporte público y con incertidumbre sobre cómo seguirá el conflicto en los próximos días. Con posiciones alejadas y sin nuevas instancias de negociación anunciadas, no se descartan futuras medidas similares si no se alcanza una solución.