El consumo de carne vacuna en Argentina sigue su tendencia a la baja, registrando una significativa disminución durante los primeros meses del año. Según datos recientes, la pérdida del poder adquisitivo y la menor oferta aparente han contribuido a este descenso.
El consumo de carne vacuna continúa su descenso, marcando una caída sustancial en los primeros meses del año, según revela un informe reciente publicado por Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario.
De acuerdo con el reporte, entre enero y febrero el consumo per cápita de carne vacuna disminuyó un 9,3%, pasando de 48,5 kilos registrados en el bimestre anterior a 44 kilos en el período mencionado. Esta contracción, atribuida a la pérdida del poder adquisitivo, representa un retroceso significativo en comparación con el consumo registrado durante el mismo período del año anterior.
A pesar de la estabilidad de los precios reales de la carne vacuna, la menor oferta aparente para el mercado doméstico indica que los consumidores están resistiendo nuevos aumentos de precios, optando por limitar su ingesta de carne vacuna.
El informe proyecta que, a pesar de la subida estacional en los precios de la carne que suele ocurrir de marzo a junio, la oferta total será considerablemente menor este año debido a las condiciones de sequía. Se espera que los precios se mantengan relativamente estables, aunque los consumidores cuentan con otras opciones más económicas, como la carne de pollo o la de cerdo. Estos datos reflejan una tendencia a la baja en el consumo de carne vacuna, en línea con los informes proporcionados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). Según la entidad, la producción de carne vacuna en el primer bimestre del año muestra una contracción del 8,2% interanual, retornando a niveles de consumo similares a los del año 2022.
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