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Calzados Federico celebró sus 50 años de vida junto a los vecinos de Capilla

El tradicional negocio se inauguró el 2 de noviembre de 1970 y se encuentra repleto de historias. Desde su primera habilitación entregada por el propio intendente como regalo de cumpleaños, hasta el acompañamiento de la gente en la pandemia.

El pasado lunes, 2 de noviembre, un tradicional negocio de Capilla del Señor celebró sus 50 años de vida. Se trata de Calzados Federico, que ubicado en la calle Bolívar al 400, forma parte del paisaje del pueblo desde 1970.

Y al respecto de esta ocasión especial, el actual propietario, Hugo Federico, dialogó con El Lugareño y aseguró: “Lo inició mi vieja y lo estoy siguiendo yo. La verdad es que fue un camino largo, muchos años, pero acá estamos y sabemos que no se cumplen todos los días 50 años”.

Sobre su historia, Hugo recuerda: “Eran épocas difíciles, mi viejo trabajaba en una fábrica de zapatillas en Beccar, pero tenía como cinco meses sin cobrar. Mi mamá era costurera y la ayudaba a la abuela de Ricardo Bozzani a hacer vestidos de novia, pero no alcanzaba la plata. Así que mi vieja un día le dijo a mi papá que se trajera unos pares de zapatillas para poner a la venta. Y así empezó, en el living de la casa que es donde está el negocio. Arrancó así, de a poquito y terminó en estos 50 años, algo que nunca se pensó”.

Asimismo, el vecino cuenta que son miles las historias que se pueden recopilar de estos años, pero recuerda especialmente la de la primera habilitación del negocio, que “se la regala a mi mamá el intendente Agustín Petrucelli. Mi papá cuando va a abrir el local al público quería todo en regla, y fue a hincharle al intendente porque lo conocía. Le preguntó ‘¿Vicente cuando cumple años tu señora?’, y como le dijo el 2 de noviembre, le contestó ‘hasta ese día no me vengas a molestar más’. Y le pidió que le hiciera un precio de alguna zapatilla porque él le iba a dar un vale de la Municipalidad a la gente que necesitara un par de zapatillas, para que fuera al negocio y después el intendente le pagaba el vale a mi papá. Se hicieron cantidad de vales, nos dio una mano tremenda, y por eso a Agustín lo tengo allá arriba. Después, el día del cumpleaños de mi vieja se apareció con la habilitación”.

Por otra parte, recuerda que hace 10 años, “el 1° de noviembre fallece mi viejo y lo enterramos el 2. Un momento de muchas emociones encontradas porque en el cumpleaños de mi mamá, se enterraba a mi papá y cumplía 40 años el negocio”. Y agrega que “ahora, 10 años después nos agarra la pandemia”.

Al respecto aseguró que “fueron meses duros, pero como es un negocio de pueblo y de tantos años, hay clientes que son como familia, entonces por ahí venía y me golpeaban las manos para ver si les podía vender un par de alpargatas o botas para el campo”. Y concluyó: “Eso llega por la confianza, la amistad y tantos años en el rubro. La gente te ayuda, y respondió bien, como siempre ante todas las crisis”.

Foto: Esteban Marchese

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