La demanda de medicina ha subido en las últimas semanas pero, en el último mes, el retiro de los bolsones de alimentos disminuyó levemente con la reactivación económica. El área trabaja en diversos proyectos.
El inicio de la pandemia generó, sin lugar a dudas, una gran crisis económica y social en el distrito (y el país). La cuarentena y el cierre de la gran mayoría de los comercios y empresas ocasionaron que aún más vecinos necesitaran recurrir a la ayuda del estado a la hora de conseguir alimentos.
Así desde Desarrollo Social desde marzo se había intensificado la entrega de bolsones, pasando de 2 mil previos al COVID19 a entre 5 mil y 5.500 por mes. Con el objetivo de cubrir siempre las necesidades que se plantearon por parte de los vecinos desde Desarrollo han trabajado incansablemente y, con las diversas aperturas económicas, el distrito comienza a mejorar.
“La situación actual, lo que tenemos es que de a poco se está reduciendo la cantidad de bolsones. Creemos que es debido a que muchas personas no se acercaban a pedir alimentos y hoy han vuelto a su puesto laboral en actividades que se han ido habilitando, entonces, hemos podido ver que ha disminuido el retiro de bolsones. Eso realmente nos alienta porque significa que hay vecinos que están retomando su trabajo”, explicó Norma Santillán, responsable de Desarrollo Social, en diálogo con El Lugareño.
En el momento más duro de la pandemia algunas familias incluso retiraban dos bolsones mensuales y hoy, incluso, ha disminuido y “se retira menos”. Por ejemplo, en el mes de agosto se retiraron entre 4.400 y 4.500 bolsones de alimentos.
Lo que sí ha sufrido un incremento considerable es la necesidad de que desde Desarrollo se cubran los medicamentos. “En las últimas semanas se incrementó la necesidad de medicamentos, porque hay gente que o perdió su obra social o no puede abonar la cuota que se requiere. Eso sí fue notorio”, indicó.
Por otra parte contó que ya se ha comenzado a trabajar con dietas específicas que muchos vecinos requieren por problemas de salud pero que, por los costos, no pueden realizarlas. “Lo intentamos en pandemia pero no habíamos podido, queremos trabajar con una nutricionista porque tenemos muchos vecinos que son diabéticos, hipertensos, celíacos y necesitan una dieta diferente. Nosotros no podíamos ofrecer muchos productos, por ejemplo, para celíacos podíamos ofrecer cuatro. Estamos viendo la posibilidad de ofrecer más, nos estamos reorganizando, asesorándonos con profesionales. Son dietas caras y que, muchas veces, los vecinos no pueden llevar adelante”, apuntó Santillán y añadió que otro punto es la incorporación de verduras a la entrega de alimentos ya que son sumamente importantes para brindar una buena nutrición.
Asimismo explicó que hubo una reestructuración y habrá tres coordinaciones diferentes: Cardales, Robles y Capilla del Señor. “La idea es poder trabajar de forma más cercana a los vecinos. El corredor de la Ruta 8 creció mucho y tenemos que estar más presentes, llevar al Municipio a Robles. En frente de la Delegación, a partir de la semana próxima, estará funcionando. La idea es que haya distintos días de semana para Dirección de Discapacidad, Género y Familia. Estamos muy entusiasmados porque entendemos que tenemos que estar presentes en el territorio, con los cuidados sanitarios, pero presentes”, expuso.
Por otro lado están trabajando para la reactivación económica con cooperativas, con los barrios populares regularizando los terrenos y servicios, en el futuro refugio para Víctimas de Violencia de Género y más proyectos para la comunidad.
SAE
Con la universalización aún sin conseguir y la redistribución que no alcanza para el módulo alimentario de las escuelas, desde Desarrollo Social se envía el faltante. “Se entregó en septiembre y en octubre se entregará a las familias que Consejo Escolar no puede cubrir. Más o menos son un total de 2 mil kilos de alimentos que se entrega desde Desarrollo”, expuso Santillán.
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