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El Taller de Folklore “Waldo Belloso”, presente en los festejos por los 130 años de la Avenida de Mayo

El último sábado, la Escuela de Danzas municipal fue parte del cronograma de actividades para conmemorar un nuevo aniversario de la “gran vía” porteña.

El pasado 9 de julio, la Avenida de Mayo celebró su 130° aniversario, siendo testigo privilegiado de la vida social durante más de un siglo en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, los festejos se trasladaron a este último sábado 27 con distintas actividades culturales, los cuales contaron con presencia exaltacrucense.

El taller de folklore municipal “Waldo Belloso”, fue una de las tantas agrupaciones de danzas folklóricas que participaron de la jornada, que comenzó a las 11:30 y finalizó cerca de las 18. Además, los vecinos pudieron disfrutar de diferentes propuestas como el gran desfile militar, la banda sonora de la Policía, de Prefectura, de Artillería y de Gendarmería Nacional, que se desplegó por toda la avenida.

Inaugurada en 1894, la Avenida de Mayo no solo es la primera avenida de la Argentina y de Sudamérica. También ha sido escenario de otras muchas primeras veces, como la puesta en funcionamiento del primer subterráneo de América Latina, que comenzó a transitar bajo su asfalto en 1913. Además, alberga en su traza e inmediaciones al bar y al restaurante más antiguos de la Argentina: el Café Tortoni, de 1858, y El Imparcial, de 1860, previos incluso a la apertura de la avenida.

Fue Torcuato de Alvear, primer intendente porteño, quien en 1884 puso sobre la mesa el proyecto de abrir una avenida que conectara el puerto con la estación Once de Septiembre, con la idea de hacer de Buenos Aires una ciudad más moderna y limpia.

El modelo propuesto entonces por Alvear –e incluso promovido décadas antes por Domingo Faustino Sarmiento– era el que el barón Georges-Eugène Haussmann había aplicado para modernizar París, que tuvo como elemento central la apertura de grandes avenidas.

Fue así como el ambicioso proyecto, aprobado en octubre de 1884, tomó la forma de una avenida o bulevar –que inicialmente se pensó en llamar 25 de Mayo– de 30 metros de ancho. Para abrirla, había que tirar abajo las construcciones que se encontraban en el pulmón de las manzanas ubicadas entre las calles Rivadavia (hoy avenida) y Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), con lo cual la idea fue que los vecinos donaran la parte de sus lotes que se vería afectada por la obra, considerando que la avenida revalorizaría sus propiedades. Sin embargo, no fue tan fácil: no todos pusieron su parte y de hecho el proyecto llegó a ser apodado “avenida de los pleitos”.

A todo esto, la construcción de la avenida, que comenzó en 1888, se enfrentó en 1890 a la severa crisis económica que se desencadenó en el país y que puso entre paréntesis su progreso. Las obras se reiniciaron en 1892 y, superados los litigios con algunos de los vecinos que no querían ceder sus terrenos, la célebre Avenida de Mayo fue finalmente inaugurada el 9 de julio de 1894 (vale aclarar que el adoquinado se completó el 6 de mayo de 1896).

A 130 años de su apertura, la avenida sigue siendo escenario de importantes acontecimientos históricos y culturales, a pesar de que algunos edificios han sido demolidos y los ornamentos de la mayoría de las fachadas desaparecieron al igual que algunas cúpulas.

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