En 2019 Mauricio fue diagnosticado con el Síndrome de Guillain Barré. A través de redes sociales cuenta su experiencia desde su diagnóstico hasta su recuperación. Desde 2011 además, padece el Síndrome de Ménierè.
La vida es sin duda una montaña rusa. De un momento a otro todo nuestro mundo cambia, sin formas de que pudiésemos si quiera presentir que algo está por ocurrir. En un abrir y cerrar de ojos, todo cambia.
Mauricio Herrando es de Parada Robles, y ha tomado las redes sociales para contarle al mundo aquel día que de repente su mundo se puso “patas para arriba”, sin previo aviso y cómo, poco a poco, pudo recuperarse.
En junio de 2019 su cuerpo dejó de ser el mismo. “Empecé a sentir un cosquilleo en el muslo derecho, empecé a renguear. Me asusté, pensaba que quizás había dormido mal. Al otro día cuando me quise levantar, no tenía fuerzas. Así arrancó todo. Tenía dificultad para caminar, al segundo día me caí y decidí ir al hospital”, relató Mauricio en diálogo con El Lugareño.
El 7 de junio de 2019 Mauricio y Carolina, su pareja, se hicieron presentes en la guardia del Hospital San José en donde comenzó una serie de estudios para determinar qué le ocurría: “ya ahí se dieron cuenta que era algo grave. Al otro día, al llegar el neurólogo, Dr. Ricardo Maiola, pensó que era Guillain Barré”.
Dos días después de la llegada al hospital, Mauricio no podía mover los brazos y su estado empeoraba: “fue bastante rápido, extraño. De un día para el otro, el cuerpo iba más rápido que la mente. No entendía qué pasaba”.
Ese mismo día pidió ver a sus hijos (tiene un varón, de 15 y dos pequeñas de 5 y 3 años) y poco después fue necesario trasladarlo a un hospital de alta complejidad para que su caso pudiese ser tratado con toda la tecnología disponible: el tratamiento constaba de suministrarle inmunoglobulina humana o plasmaféresis.
El 12 de junio fue trasladado al Hospital General de Agudos Carlos G. Durand, en donde estaría internado durante 25 días aproximadamente. “Ahí me hicieron el tratamiento y, por suerte, se frenó. A la semana de terapia intermedia, me sacaron los aparatos y pasé a clínica. Llegó el proceso de recuperación, que fue bastante lento. Me dolía todo”, añadió.
Mauricio padece, además, desde el 2011, la enfermedad de Ménière y, durante su estancia en el Durand, esta enfermedad también comenzó a manifestarse. “Un día vino el neurólogo, se puso blanco. Al hacer fuerza, la enfermedad empezó a molestar, porque fuerza, sal, estrés, te agarra vértigo. Una de las primeras sutilezas es el nistagmo, se mueve el ojo de un lado al otro”, relató y contó que del Ménière aún tiene dificultades auditivas.
El apoyo de su familia, amigos, médicos y residentes fue de gran ayuda en su proceso de recuperación, para ambas enfermedades, que aún continúan. “Esto fue todo un proceso, ir recuperándome físicamente, psicológicamente. Salí en julio del Durand fui al I.R.E.P, para rehabilitación, en agosto. Ahora estoy recuperado al 80 por ciento, aún falta. Estoy escribiendo, sigo cantando que siempre me gustó”, cuenta.
Si bien ambas enfermedades son causadas por bacterias o virus, es muy difícil de diagnosticar por lo que Mauricio decidió lanzar su plataforma en redes bajo el nombre de Hay Revancha, contando toda su historia. “Desde mi lugar creo que puedo generar algo de conciencia. Me han escrito familiares que perdieron a sus seres queridos por no llegar al diagnóstico a tiempo y también quiero visibilizarlo por ellos, porque a mí me lo detectó el Dr. Maiola pero a veces no se logra ver por la multiplicidad de síntomas”, cerró Mauricio Herrando.
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