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Milo y Jano en casa y sin catéteres, un paso más en su recuperación

Los pequeños gemelos de Capilla del Señor fueron recibidos con bombos y platillos por la comunidad, luego de dar un paso más hacia el alta definitiva que llegará cuando se cumpla un año de la intervención.

A cuatro meses del primer trasplante de médula ósea del mismo donante no relacionado, los gemelos de Capilla del Señor, Milo y Jano, dieron un paso más en su recuperación, y obtuvieron el alta ambulatoria que les permitió regresar a su hogar ante un gran recibimiento de la comunidad.

Y es que transcurridos los 100 días de la intervención, se produjo la extracción de los respectivos catéteres, y “ahora pueden jugar, golpearse, dormir sin almohadones, meterse a la pileta y cuando se cumpla un año de los trasplantes van a poder vacunarse e ir al jardín”, contó la madre de los pequeños de 2 años, Belén Varela.

Así pudieron despedirse de los cascos que los acompañaron desde los 6 meses de vida, dejaron de tener constantes diarreas y hasta les cambió el color del semblante.

“El trasplante es magia, al margen de la dificultad y de los cuidados que requiere. Ellos en cuatro meses ya se pueden golpear y no solo nos cambió la vida, sino que les dio vida para ellos porque no podían seguir viviendo sin el trasplante”, señaló la vecina.

Por su parte, el regreso a Capilla fue un momento más de celebración, ya que toda la comunidad que ha venido acompañando a la familia se dispuso a festejar con una caravana de recibimiento. “Los chicos estaban recontentos y aplaudían”, contó Varela.

Un camino plagado de obstáculos

La historia para llegar hasta este momento es larga y repleta de obstáculos que la familia pudo ir superando paso a paso el síndrome de Wiskott Aldrich. Comenzando por la búsqueda de un donante que fuera compatible con Milo y Jano, y hasta las angustiantes demoras producto de la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse, una vez más el destino los enfrentaba a una dura prueba. Tras una lenta recuperación y con altibajos, a fines de octubre recibían el alta para dejar la sala de internación que había sido su casa durante seis meses, pero en ese momento, la familia se enteraba que un incendio había consumido su hogar.

“Nos enteramos por una videollamada. Ahí nos empiezan a mostrar una casa con electrodomésticos y muebles nuevos que no conocíamos. Era nuestra casa, pero todo era diferente, no eran nuestras cosas y nos pusimos a llorar cuando entendimos lo que había pasado”, relató la madre de los gemelos.

Varela explicó que la entonces secretaria de Gobierno, María Luz Bozzani, y el intendente Diego Nanni, les habían “hecho una casa nueva”. Y agregó: “La gente del pueblo nos regaló una suma importante de dinero y con eso terminamos de comprar los muebles y electrodomésticos que faltaban”.

Ese mismo apoyo se vivió en el recibimiento con aplausos y globos, una comunidad unida para acompañar a estos pequeños guerreros.

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