Tras una larga espera, campañas de donación y las complicaciones por la pandemia de coronavirus, los gemelos de Capilla del Señor se preparan para el tan ansiado trasplante que llegaría a mediados de agosto.
Luego de varias batallas, Milo y Jano se preparan para cumplir con el gran objetivo, ya que con catéteres implantados y el comienzo de la quimioterapia, se alistan para el ansiado trasplante de médula que llegaría a mediados de agosto.
De esta manera, los pequeños gemelos de Capilla del Señor podrán sobreponerse al síndrome de Wiskott Aldrich, una enfermedad poco habitual que debilita el sistema inmunitario y produce infecciones o sangrados recurrentes.
Vale recordar que la familia Méndez lucha contra la enfermedad de los pequeños desde hace un año, cuando a principios de julio de 2019 y con apenas 6 meses de vida fueron diagnosticados. Allí, los médicos plantearon a Belén y Nicolás, los padres de los gemelos, que la manera de mejorar la calidad de vida de Milo y Jano era obtener un donante compatible para el trasplante de médula, y por esa razón comenzaron con una fuerte campaña de donación que llegó a todo el país.
“Hace unos días volvió a compartirse la nota que escribí hace un año, desde el más enorme dolor que podía cargar al enterarme que mis bebés, mis hijitos, tenían una horrible enfermedad. Esa nota llegó a ser compartida millones de veces, lo que trajo a miles de medios y esto fomentó y puso en conocimiento a mucha gente que, por ejemplo, en vida se puede donar médula ósea, y que se puede donar igual a una donación de sangre. Transmitimos lugares a donde podían acercarse y miles de personas me ayudaron a montar campañas, que cuando los peques tengan su alta seguiremos haciendo. Me llegaron mensajes como ‘tus hermosos mellis lo necesitan y yo quiero ser su donante’. Yo les agradezco con el alma, pero no son solo mis bebés ni soy la única mamá que les ruega por sus hijos, tienen que hacerse donantes, hay miles de nenes viviendo sus últimos días porque no llega su alma gemela, papás despidiéndose y sufriendo a sus hijos que no llegaron al trasplante. Sean donantes por favor. Hay miles de Milos y Janos esperando”, sostuvo la madre de los niños.
Un camino con obstáculos
Más allá de las buenas noticias, cabe recordar que el camino no ha sido fácil, y que luego de varias campañas y dar finalmente con el donante a principios de este año, la pandemia también complicó la situación de los pequeños.
El trasplante se había pautado para abril, pero el avance del coronavirus provocó la cancelación de la intervención. Luego de eso, el agresivo síndrome comenzó a desmejorar la salud de los gemelos, que sin embargo, una vez más demostraron ser fuertes guerreros y componerse para esperar por la noticia que al fin llegó. Ahora, todo parece estar encaminado y la esperanza vuelve a ser protagonista. Por último, además de volver a enfatizar que de ahora en adelante toda la familia continuará apoyando las campañas de donación, los padres de Milo y Jano no quisieron dejar de agradecer a todos los que acompañaron, sin olvidarse de “la obra social OSPRERA por cumplir con todo y más, y gracias al Hospital Garrahan por ser parte del milagro”.
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