El Juzgado de Familia Nº1 de Campana finalmente dio lugar al pedido del atleta para realizar el examen que probó que es el padre de su hijo, que hoy tiene casi 13 años. “Una vez más oficialmente papá”, dijo en sus redes sociales.
Casi una década de lucha ha dado sus frutos en las últimas semanas cuando, finalmente, Matías Beretta logró que la justicia avance con el ADN que demuestra que efectivamente, él es el padre de su hijo. El menor tiene 13 años, pero desde sus 4 que ya existía un examen que demostraba la paternidad de Beretta pero que, por la forma en la que fue realizado, no fue admitido por la justicia anteriormente.
“Cuando arranqué con lo de mi hijo en la justicia, no se pidió de una el ADN. Yo ya tenía hecho uno que salió a mi favor, pero no era válido para la justicia”, le indicó el atleta de Capilla Racing Club a Noticias Exaltación y explicó que el análisis que se hizo en los inicios “era un kit que se podía retirar en el laboratorio, tomar las muestras, devolverlo y recibir el resultado”.
Aquel primer ADN, hecho hace nueve años, dio 99,9 por ciento de compatibilidad pero, a pesar de ese resultado irrefutable, cuando el proceso legal inició se hizo caso omiso a los datos obtenidos. “La justicia no le dio importancia en pedir un estudio de ADN, la jueza primero intentó juntarnos mediante audiencias, pero ella (la madre del menor) nunca se presentó. Luego decidió la primera audiencia de averiguación de ADN, que tampoco se presentó, eso fue cuando mi hijo tenía 7 años”, planteó.
Según le informaron, era importante seguir los pasos “sin saltearse ninguno”, por lo cual la jueza responsable del Juzgado de Familia N° 1 de Campana continuó con los llamados a audiencias y, por último, se realizó una carta documento intimándolos.
Ante las evasivas de la mujer y la pareja de ésta, se tomó la resolución de ir a buscarlos a la vivienda para llevarlos a realizarse el estudio en el laboratorio, siendo acompañados por policía, asistentes sociales y psicólogos.
En ese momento Beretta no tuvo contacto con su hijo ya que el trámite fue hecho por separado para evitar que la situación fuese traumática para el menor, que aún desconoce que él es su padre.
El ADN, a pesar de las evasivas de la madre del adolescente, se logró y nuevamente confirmó la paternidad del atleta. “Me puse feliz, pero no tanto porque yo ya sabía. Lo primero que hice fue mandarles una foto a mi familia, estaban muy contentos”, recordó.
Junto a su abogado, el Dr. Martín Salazar, ahora están analizando los pasos a seguir legalmente ya que el objetivo primordial para él es poder encontrarse con su hijo. “Estoy más tranquilo, pero tengo que reconocer que hubo un momento que estaba muy enojado con la justicia, no tendría que haber tardado tanto (…) hay casos y casos, no todas las madres o padres son buenas personas. ¿Por qué le llevó tanto tiempo a la justicia para darse cuenta que la madre no venía a las audiencias? Hay mucha gente que se aprovecha del sistema legal”, cerró.
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