Con una convocatoria multitudinaria y una carga emotiva, alumnos de Cuarto año de todas las escuelas primarias del distrito realizaron la tradicional promesa de lealtad a la Bandera, rodeados de familias, docentes, Veteranos de Malvinas y autoridades locales.
Exaltación de la Cruz vivió una jornada cargada de emoción, historia y un fuerte sentido de pertenencia. Como cada año, los alumnos y alumnas de Cuarto año de las escuelas primarias de Exaltación de la Cruz se reunieron para dar uno de los primeros pasos simbólicos como ciudadanos: la promesa de lealtad a la Bandera Argentina.
«Como cada año, en Capilla del Señor, Parada Robles y Los Cardales, los alumnos de Cuarto año de todas las escuelas primarias, prometieron lealtad a nuestra Bandera, para defenderla, amarla y respetarla». Así lo destacó el Municipio, organizador de esta ceremonia que se consolida como una de las más emotivas y significativas del calendario escolar y comunitario.
En esta oportunidad, la actividad se organizó en tres puntos neurálgicos del distrito para reunir a cada comunidad educativa en su entorno cercano. En Parada Robles, el acto se llevó adelante en el Club Social y Deportivo Robles; en Los Cardales, la Plaza Mitre fue escenario del compromiso; mientras que, en Capilla del Señor, la Plaza San Martín se vistió de celeste y blanco para recibir a los jóvenes protagonistas.
Cada espacio se llenó de emoción, con la presencia de docentes, directivos, familias enteras y Veteranos de Malvinas, quienes cada año suman un marco de honor y ejemplo para los más chicos. El simbolismo de la Bandera, el himno entonado a viva voz y los aplausos interminables se entrelazaron con la mirada atenta de madres, padres y abuelos que registraron cada instante en fotos y videos para atesorar un recuerdo único.
El momento culminante se vivió cuando, ante la pregunta de rigor, los chicos y chicas respondieron al unísono con un “¡Sí, prometo!” que llenó de orgullo cada rincón. Luego, entre aplausos y banderas en alto, se dio cierre a una jornada donde la emoción, el orgullo y el sentido de pertenencia marcaron cada momento.
Este acto fortalece la identidad nacional, renueva valores y recuerda la historia de quienes forjaron la patria. Cada promesa es una semilla de responsabilidad y respeto que se cultiva desde la infancia y que, como cada año, reúne a toda la comunidad bajo un mismo símbolo: la Bandera que nos une.
